FECHA: 12/04/2019
Tema: La escuela como espacio de tregua para la
convivencia, la paz, la participación, la ciudadanía, el bien común y el
compromiso social.
Ensayo
La escuela es un lugar donde se reúnen y asisten en ella personas de
diversas culturas, religiones, costumbres y valores, distintos rasgos físicos, personalidades
y comportamientos totalmente distintos, por esta razón es de suma importancia
la práctica de valores para aprender a aceptar las personas tal como son y
poder convivir en armonía. En este sentido una educación en valores debe
promover cambios significativos que conduzcan a la formación del ser humano
capaz de desenvolverse en una sociedad pluralista con una participación crítica
y coherente afianzando la libertad de expresión, la tolerancia, justicia y
paz. En la actividad educacional
existe un compromiso por una educación con carácter lógico para los seres
humanos.
Con los
cambios existentes en la educación se han venido incorporando planes programas
y proyectos para lograr en el estudiante un ser reflexivo, crítico y sobretodo
más humanista fomentando el pensamiento liberador, creador y transformador; así
como la reflexión crítica, la participación ciudadana y los sentimientos de
honor, probidad, amor a la Patria, a las leyes y al trabajo. Asimismo, esta
concepción del proceso educativo implica el desarrollo de las virtudes y
principios sociales, y la asunción de una ciudadanía responsable de sus
derechos y deberes públicos. “la
escuela no puede ser reflejo de la sociedad que tenemos, la escuela debe ser
reflejo de la sociedad que queremos”. Luís Beltrán Prieto Figueroa, tal como lo señala el maestro Luis Beltrán en
esta cita por eso en nuestro país se han hecho cambios en el Currículo Básico
Nacional para hacer una educación transformadora con amor donde el
educar sea desde el corazón y no desde la razón.
Una de las banderas transformadoras en
el sistema educativo ha sido la pedagogía del amor que es ese arte de
educar con cariño, con sensibilidad, para alimentar la autoestima, sanar las
heridas y superar los complejos de inferioridad o incapacidad. Es una
pedagogía que evita herir, comparar, discriminar por motivos religiosos,
raciales, físicos, sociales o culturales. La pedagogía del amor se opone a la
pedagogía de la violencia y en vez de aceptar el dicho de que “la letra con
sangre entra”, propone más bien el de “la letra con cariño entra”; en vez
de “quien bien te quiere te hará llorar”, “quien bien te quiere te hará
feliz”.
La pedagogía del amor es el
reconocimiento de diferencias, capacidad para comprender y tolerar, para
dialogar y llegar a acuerdos, para soñar y reír, para enfrentar la adversidad y
aprender de las derrotas y de los fracasos, tanto como de los aciertos y los
éxitos. El amor es encariñamiento con lo que hacemos y lo que somos, es deseo
de transformarnos y ser cada vez más grandes y mejores. Por esto, ternura
también es exigencia, compromiso, responsabilidad, rigor, cumplimiento, trabajo
sistemático, dedicación y esfuerzo, crítica permanente y fraterna. En
consecuencia, no promueve el dejar hacer o deja pasar, ni el caos, el desorden
o la indisciplina; por el contrario, promueve la construcción de normas de
manera colectiva, que partan de las convicciones y sentimientos y que suponen
la motivación necesaria para que se cumplan.
El amor es el principio pedagógico
esencial. De muy poco va a servir que un docente se haya graduado con
excelentes calificaciones en las universidades más prestigiosas, si carece de
este principio. En educación es imposible ser efectivo sin ser afectivo.
No es posible calidad sin calidez. Ningún método, ninguna técnica, ningún
currículo por abultado que sea, puede reemplazar al afecto en educación. Amor
se escribe con “a” de ayuda, apoyo, ánimo, aliento, asombro,
amistad. El educador es un amigo que ayuda a cada alumno, especialmente a los
más carentes y necesitados, a superarse, a crecer, a ser mejores.
Por otra parte los padres y
madres de familia juegan un rol muy importante pues son quienes ayudan a
configurar la identidad y personalidad de sus hijos, incorporando saberes
cognitivos y emocionales que los ayuden a preparase para una participación en
la sociedad. Los padres enseñan ordenes de prioridad y normas de
convivencia son los primeros educadores de sus hijos por eso se dice que la
primera escuela es el hogar son los responsables de la buena conducta y
formación de los hijos a través de la enseñanza de valores autoestima y calidad
humana
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